La Cámara de Diputados italiana inició este martes, en segunda lectura, la discusión del nuevo Decreto-Ley 36 sobre ciudadanía italiana. La propuesta ha sido objeto de duras críticas por parte de parlamentarios elegidos en el extranjero.
Nicola Carè, parlamentario del Partido Democrático (PD), afirmó que el texto representa “una herida profunda, dolorosa e injusta”. Explicó que el decreto no es una reforma, sino “un retroceso” en el reconocimiento de la ciudadanía por descendencia, la llamada ius sanguinis.
Según Carè, el decreto fue elaborado con “urgencia artificial” y una “burocracia cínica”, con el objetivo de “ocultar una decisión política bajo el pretexto del riesgo administrativo”.
Para el parlamentario, la medida crea una barrera para los descendientes de italianos que viven fuera del país. “Afecta al principio mismo de ius sanguinis. Limita su transmisión, restringe la retroactividad y vacía su sentido”, sentenció.
El diputado también destacó que las principales víctimas no serán los llamados “inteligentes”. passaporte”, como se sugiere en los discursos oficiales. “Las verdaderas víctimas serán las familias. Hijos y nietos de emigrantes italianos que, después de décadas de sacrificio, escucharán: “No eres lo suficientemente italiano para merecer la ciudadanía de tu abuelo”.
Para Carè, el decreto ignora la historia de la emigración italiana, marcada por dificultades y vínculos duraderos con el país de origen. «Esta identidad no se puede borrar. A quienes tienen sangre italiana no se les puede negar el derecho a sentirse parte de la República», afirmó.
Al final de su intervención, Carè reiteró la firme oposición del PD al decreto y aseguró que el partido seguirá luchando contra la medida “dentro y fuera del Parlamento”.
