La Ley de Presupuesto 2025, aprobada para contener el flujo de solicitudes de ciudadanía italiana, acabó golpeando duramente a los propios italianos. Ahora todos, ¡sí, todos! — hay que pagar hasta 300 euros por los certificados históricos, algo que antes era gratuito.
La idea era clara: frenar la avalancha de solicitudes de documentos por parte de descendientes repartidos por todo el mundo. Pero el plan salió mal. Los italianos residentes también quedaron incluidos en la nueva tarifa. ¿Necesita el certificado de herencia, investigación histórica o adopción? Prepara tu bolsillo.
Para evitar acusaciones de discriminación, las autoridades decidieron igualar el trato. “¡Si hay que cobrar, cobramos a todos!” parece haber sido el lema. Pero la decisión se convirtió en el hazmerreír en algunos círculos: después de todo, ¿quién hubiera pensado que incluso un italiano nativo pagaría para acceder a su propia historia?
Para muchos, la ironía es obvia: si bien la medida tenía como objetivo dificultar la solicitud de los extranjeros, los italianos legítimos terminaron en la misma situación.
Cuando el plan fracasa, llega la factura, literalmente.
Y no se detiene ahí...
Los municipios (comuni) también puede cobrar hasta 600 euros a través de los procesos de reconocimiento de ciudadanía italiana jus sanguinis. Y algunos alcaldes no ocultan su entusiasmo por aplicar las nuevas tasas.
Un ejemplo emblemático es Val di Zoldo, donde el alcalde, conocido por sus frecuentes críticas a los italobrasileños, no perdió el tiempo. Ya ha acudido a la prensa para declarar su intención de cobrar la cantidad máxima permitida.
Según él, la medida es una forma de “organizar la demanda” y, además, de expresar su descontento con el volumen de pedidos procedentes principalmente de Brasil.