Venecia, joya turística de Italia, comenzó a probar este jueves (25) la contribución de cinco euros (28 reales) para los viajeros aficionados al "pick-and-pop" para entrar en el centro histórico de la ciudad.
La tasa de acceso es una campaña del alcalde de centroderecha Luigi Brugnaro para combatir el turismo depredador y minimizar el descontento de los residentes por el exceso de visitantes, pero está lejos de ser unánime.
La experiencia abarcará 29 días no secuenciales hasta mediados de julio, incluido el 25 de abril, día festivo en el que Italia celebra su liberación de la opresión nazi-fascista en la Segunda Guerra Mundial.
El primer día de pruebas, al menos 100 personas llegaron a Venecia a media mañana, 8 de las cuales tuvieron que pagar la tasa de acceso, lo que garantizó a las arcas de la ciudad una recaudación de 40 euros (220 reales).
"Todo va bien, nadie se quejó y casi todo el mundo lo sabía", afirmó la secretaria de Presupuesto del municipio, Michele Zuin. La tasa sólo se cobra a los turistas que no pasan la noche en el centro histórico de Venecia, pero hay exenciones para los residentes de la región del Véneto, los niños menores de 14 años, los trabajadores que viajan diariamente y los estudiantes.
La primera etapa de la experiencia se extenderá hasta el 5 de mayo, pero también se realizarán cobros todos los fines de semana hasta el 14 de julio, a excepción del 1 y 2 de junio, cuando Italia celebra la Fiesta de la República. El pago debe realizarse a través de la dirección. www.cda.ve.it.
"Nadie ha hecho nunca nada para controlar el turismo, pero yo lo hice", dijo el alcalde Brugnaro, que estuvo recientemente en São Paulo y definió a los brasileños como "huéspedes ilustres". Lamento las molestias, pero necesitábamos hacer algo”, añadió.
La medida, sin embargo, es cuestionada por los propios venecianos. Unos 300 manifestantes se concentraron este jueves en Piazzale Roma, a la entrada del centro histórico, para protestar contra el pago, y hubo momentos de tensión cuando el grupo intentó romper el cordón policial para llegar a la estación de tren, donde se controlan los bonos.
Para los críticos de la acusación, Brugnaro quiere transformar la capital del Véneto en una especie de “Venecia”, en referencia a Disneylandia. (Reuters)