Cuando el editor de uno de los periódicos más antiguos del Véneto intenta explicar al público por qué el gobierno italiano ha decidido restringir la ciudadanía iure sanguinis, lo mínimo que se esperaría es que consultara los hechos. O, como mínimo, que buscara en Google.
Pero no fue así Robert Papetti (65), director de El GazzettinoEn respuesta a un lector indignado por la nueva ley italiana, escribió:
“Pero muchos querían, sobre todo, tener en sus manos un passaporte que les permitiría entrar a muchos países sin visa, especialmente a Estados Unidos (algo que no es posible con documentos brasileños o argentinos, por ejemplo)”.
La frase revela más que un error factual. Muestra desprecio por todo un público y, quizás, cierto orgullo por la propia ignorancia.
En 2023, Estados Unidos emitirá más de 1,1 millones de visas para brasileños, según datos oficiales de Departamento de Estado de EE.UU. . Y siguen emitiendo. El passaporte Brasileño, al contrario de lo que piensa el director, No es un documento inútil Para aquellos que quieran cruzar el Atlántico.
Salud pública en Italia: colas, esperas y frustración
Papetti continúa su obra tragicómica citando, como argumento a favor de la “regulación” de la ciudadanía, el supuesto acceso sin trabas al sistema sanitario público italiano.
El informe No se puede asistir al saludo, publicado en junio de 2024 por Federconsumatori, muestra una realidad muy diferente:
- 612 días de espera para una consulta endocrinológica en la ASL de Messina;
- 400 días para una primera consulta vascular en la Provincia Autónoma de Bolzano;
- 351 días de neurología en Azienda Sanitaria Napoli 1 Centro.
Si esto es "acceso sin trabas", imagínense con obstáculos. El sistema de salud italiano, aunque público y universal, No puede atender a su propia población local en un tiempo razonable¿Qué pasa con los no residentes con un pasaporte recién obtenido?
La ilusión del sentido común
En la conclusión de su carta, el director afirma que “regular este sistema no me parece una violación de derechos, sino simplemente una opción de sentido común”.
El lector que provocó tu respuesta, Roberto SoncinOfreció argumentos históricos, emotivos y legales. Habló de su bisabuelo, quien salió de Caorle, pasó por Brasil y regresó. Cuestionó la urgencia de la ley, la lentitud burocrática y la lógica de las nuevas normas. Recibió respuestas con generalizaciones, desinformación e ironía.
Al final, la elección del gobierno puede incluso ser una de “sentido común” —si ese sentido es el de un país que prefiere Eliminar el problema del exceso de solicitudes eliminando el derecho de origen, en lugar de reorganizar sus estructuras.
Lo que esta historia nos muestra es que la tragedia de la mala gestión italiana se entrecruza con la comedia involuntaria de periodistas mal informados. Cuando la ignorancia triunfa, gana voz, autoridad y, por desgracia, espacio.
