Val di Zoldo, un pequeño pueblo enclavado en las majestuosas montañas de provincia de belluno, en el norte de Italia, ha ido ganando protagonismo en los medios italianos en los últimos días.
Con una población de poco menos de 3 personas, este pequeño refugio está dirigido por un alcalde cuya competencia de gestión está en duda, pero cuya propensión a la polémica es indiscutible. ¿Qué está en juego? Una peculiar protesta contra los italobrasileños y una serie de desafíos administrativos que están impactando la vida cotidiana en este entorno montañoso.
El alcalde Camillo De Pellegrín, nacido en alemania (como se muestra en su registro electoral), se convirtió en figura central de una protesta que plantea interrogantes sobre la gestión municipal y las relaciones con los italobrasileños. El gesto simbólico de izar la bandera brasileña como forma de protesta ha sido el foco de atención del público, pero los verdaderos desafíos van mucho más allá del simbolismo.
Gran parte de la prensa militante italiana desea promover algo parecido a la ciudadanía ius soli (derechos de suelo) y jus culturae (Prueba de italianidad), por ejemplo, y aprovecha el episodio para poner el tema a debate.
Servicio ineficiente
En Val di Zoldo, el Estatuto Civil — organismo responsable de los registros civiles de la ciudad— enfrenta una crisis de eficiencia. Con sólo dos personas trabajando, una a tiempo parcial y un horario de trabajo extremadamente limitado. (vea abajo), la oficina enfrenta importantes gastos generales.
La falta de recursos en los servicios municipales generó 551 expedientes pendientes, algunos esperando su finalización desde 2019. Esta cascada de desafíos administrativos y legales coloca a Val di Zoldo en un dilema que, hasta ahora, carece de soluciones efectivas.
La comunidad italo-brasileña:
Val di Zoldo, históricamente hogar de miles de italianos que emigraron a Brasil en la década de 1890, todavía alberga una importante comunidad de italobrasileños. Estos descendientes, obligados por ley a realizar sus trámites de ciudadanía donde nacieron sus antepasados, se encuentran ahora en el centro de una polémica protagonizada por un alcalde que desafía sus demandas.
De Pellegrin subió la apuesta al anunciar un posible boicot a los bonos municipales si las demandas de los italo-brasileños continúan.
Puede que los italobrasileños nunca hayan puesto un pie en Val di Zoldo, pero llevan en sus venas el código genético de este municipio. En un movimiento irónico, tal vez el alcalde, aunque nació en Alemania, con todas sus controversias, también comparte este mismo ADN, que conecta a las personas a través de fronteras geográficas, uniéndolas en una narrativa compleja de identidad y pertenencia, lejos de ser simplista. ideologías.