Decreto no modifica las normas relativas al reconocimiento de la ciudadanía por derecho de sangre
El presidente de Italia, Sergio Mattarella, sancionó este jueves (4) el “Decreto-Ley sobre Seguridad e Inmigración”, redactado por el Ministro del Interior y Viceprimer Ministro Matteo Salvini (Liga) y que restringe la concesión de protección humanitaria en el país y cambia algunas reglas respecto reconocimiento de ciudadanía.
El decreto-ley funciona de manera similar a una medida provisional y entra en vigor de inmediato, pero puede ser modificado por el Parlamento, que tendrá 60 días para revocarlo o aprobarlo. Consulte los principales cambios a continuación:
Ciudadanía
El “Decreto Salvini” aumenta la tasa por la concesión de la ciudadanía italiana por matrimonio, tanto en el propio país como en la red consular, y aumenta el plazo máximo para tramitar la solicitud de 24 a 48 meses (cuatro años).
Los mismos cambios se aplican a la concesión de la ciudadanía en función de la duración de la residencia, por ejemplo a los extranjeros que sean hijos o nietos de italianos por nacimiento y que hayan vivido en el país durante al menos tres años; a los extranjeros mayores de edad adoptados por ciudadanos italianos y que hayan residido en el país durante al menos cinco años; y a los extranjeros que hayan vivido en Italia durante al menos 10 años.
Además, el texto autoriza la revocación de la ciudadanía italiana por matrimonio y tiempo de residencia en caso de condena firme por delitos de terrorismo. Las nuevas reglas también se aplicarán a los procesos en curso.
Sin embargo, contrariamente a lo comentado anteriormente, el decreto no modifica las normas relativas al reconocimiento de la ciudadanía por derecho de sangre (jus sanguinis). Un borrador elaborado por técnicos del Ministerio del Interior hablaba de limitar el reconocimiento de la ciudadanía a los “descendientes directos de segundo grado”, pero este punto no forma parte del texto final.
Protección humanitaria
El “Decreto Salvini” suprime la llamada “protección humanitaria”, una de las tres formas de protección garantizadas a los extranjeros en Italia, junto con el refugio y la protección subsidiaria, esta última regulada por tratados internacionales.
El país seguirá permitiendo la entrada por motivos humanitarios, pero sólo en seis situaciones: víctimas de “explotación grave”, motivos de salud, violencia doméstica y calamidad, personas que buscan tratamiento médico o que han realizado “actos de especial valor cívico”.
Refugiados y seguridad
El decreto también prevé la suspensión de las solicitudes de asilo y la expulsión inmediata de desplazados internacionales condenados por violencia sexual, lesiones agravadas o ultrajes contra un funcionario público, o de migrantes que representen un “peligro social”. La medida también aumenta de 45 a 90 días el período máximo de detención de migrantes en centros de repatriación, dificulta el alquiler de furgonetas y aumenta las penas para quienes ocupen "abusivamente" edificios y terrenos, una acción destinada principalmente a frenar los campamentos de gitanos. (ANSA)
por Reuters
