Lamborghini anunció planes para instalar una fábrica en Brasil y los ejecutivos de la marca ya se reunieron con Daniela Reinehr, gobernadora interina de Santa Catarina, para discutir el proyecto.
Sólo hay un problema en la historia: no se trata de la empresa matriz –llamada Automobili Lamborghini SpA–, sino de la derivación latinoamericana (y legal) con un pasado un tanto nebuloso.
Para empezar, es importante explicar que el famoso fabricante de superdeportivos no siempre ha tenido sus finanzas al día. Tanto es así que, a finales de los años 1980, sólo había un modelo a la venta y la marca acabó siendo comprada por Chrysler.
Pero esto duró hasta 1994, cuando el control pasó a manos de inversores indonesios, antes de ser vendido a Volkswagen en 1998.

Y fue precisamente mientras tanto, bajo el mando asiático, que Lamborghini acabó dividido en dos. Esto se debe a que el empresario mexicano Jorge Antonio Fernández García, conocido por su apodo Joan Fercí, obtuvo un contrato de derechos exclusivos para la marca en América Latina y permiso para producir el modelo Diablo -creado en 1992 y retirado por la matriz en 2002.
En una entrevista con Autoblog ArgentinaFercí recuerda que, al momento del acuerdo, no se permitía vender ningún vehículo que no hubiera sido fabricado o ensamblado en México. “Ese era un mercado que no era de mucho interés para los extranjeros y, por lo tanto, no hubo problemas para conseguir un contrato que otorgara derechos de la marca en toda la región latinoamericana por 99 años”, afirmó.
Pero aquí es donde comienza el problema: también se planearon modificaciones en el diseño del auto original al que tenía derecho Lamborghini Latinoamérica y, a partir de entonces, comenzaron a aparecer variaciones de modelos “nuevos”.
Según la empresa mexicana, desde 777 sólo se han producido tres unidades del Coatl, el primer producto desarrollado localmente, y dos Alar 2006.

Por tanto, la empresa creada por Joan Fercí lleva más de 15 años sin producir ningún vehículo -salvo el Centurion, de 2015, que nunca llegó a despegar-. Sólo en la última década se anunciaron planes de fabricar en Uruguay, en 2013, y en Argentina, en 2014. Incluso hubo negociaciones con Mario Benítez, presidente de Paraguay, a quien también le prometieron un centro de desarrollo.
Y, aunque los proyectos han salido de la mesa de dibujo, el mexicano se reunió el viernes (22) con el presidente del Ejecutivo en SC, además del diputado estatal Milton Hobus; el titular de la Casa Civil, Gerson Luiz Schwerdt; y los secretarios de Finanzas, Rogério Macanhão, de Desarrollo Económico Sostenible, Luciano Buligon, y la secretaria ejecutiva de Asuntos Internacionales, Daniella Abreu.
Gilson Pierri, socio brasileño de Lamborghini Latinoamérica, dijo durante el encuentro que la compañía pretende desarrollar proyectos en 20 áreas durante los próximos 30 años. Como plato fuerte, se presentó un superdeportivo eléctrico de 1.013 CV -prácticamente igual que el Tesla Model S más potente actualmente a la venta- y que, por ahora, sólo existe como infografía.

Según el gobierno de SC, efectivamente hubo un pedido de agenda para presentar los estudios. También se presentaron acciones y programas para incentivar la instalación de empresas en el estado. Sin embargo, la marca de Joan Fercí aún no ha oficializado sus exigencias e interés a través de documentos, tal y como se había solicitado durante la reunión con los políticos.
Detrás de escena, el “fabricante” todavía tiene historias curiosas, como la de Ariel Casariego, un diseñador que dejó su profesión tras el fracaso de sus creaciones para dedicarse a la lucha libre en programas de televisión, o Roberto García, coordinador del departamento de electrónica y Técnico electricista que tiene título técnico y que anteriormente se desempeñaba instalando equipos de sonido en automóviles.
Por Gabriel Aguiar/Exame
