El Vaticano criticó este sábado (3) una escena controvertida en la ceremonia de apertura del Juegos Olímpicos de París, celebrada el 26 de julio, por “una ofensa cometida contra muchos cristianos y creyentes de otras religiones”.
Pese a no especificar las escenas, el comunicado hace referencia a una reproducción del cuadro “La Última Cena”, de Leonardo Da Vinci, “representada” por drag queens, una modelo trans y el cantante casi desnudo Philippe Katerine, con algunos atributos de Dioniso, el dios griego del vino y la fiesta.
La actuación tuvo lugar durante el desfile de delegaciones deportivas, que contó con 85 embarcaciones, numerosas pinturas artísticas y presentaciones de artistas de todo el mundo, en una ceremonia sin precedentes en el exterior de un estadio olímpico.
“La Santa Sede está consternada por algunas escenas de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París y no puede más que sumarse a las voces que se han alzado en los últimos días que deploran las ofensas cometidas contra muchos cristianos y creyentes de otras religiones”, afirma el comunicado.
Según el Vaticano, “no debe haber alusiones que ridiculicen las creencias religiosas de muchas personas en un evento prestigioso, donde el mundo entero se reúne en torno a valores comunes”. La nota concluye subrayando que “la libertad de expresión, que evidentemente no es cuestionada, encuentra su límite en el respeto a los demás”.
En medio de la polémica, el Comité Olimpico Internacional (COI) ya se había manifestado, declarando que la apertura no tenía como objetivo faltar el respeto a los grupos religiosos. Además, los responsables del hecho argumentaron que la escena era una representación de un fiesta pagana vinculado a los dioses olímpicos. (Con información de Ansa)