El trabajo informal está completamente bloqueado, dice trabajador. “Tres meses sin traer un solo euro a casa”
En la zona de Quarticciolo, en las afueras de Roma, el 70% de los residentes se ganaban la vida mediante el trabajo informal: era eso o el tráfico de drogas.
Cuando empezó el confinamiento, todos perdieron su trabajo. La mayoría de las veces no pueden contar con la ayuda del Estado. Hacen fila aquí dos veces por semana para recibir paquetes de alimentos de los productores locales o vales de compra.
A pesar de ser ilegal, el trabajo informal es bastante común en Italia, más que en otras partes de Europa. Permite que familias enteras sobrevivan y desempeña un papel crucial en el crecimiento económico del país.
Stefano Belmonte es uno de estos trabajadores. Tiene esposa e hija y no ha trabajado, en total, en los últimos tres meses: “Tengo algunas verduras, tomates, espaguetis, fruta, huevos. Es suficiente para comer en el almuerzo y en la cena. No es mucho, pero haré lo mejor que pueda para que nos dure a los tres”, dijo al portal. Noticias euro.
La solidaridad entre las personas es bastante común en Quarticciolo. Stefano colabora desde hace algunos años en la institución local. Es una manera de mantenerse ocupado y apoyar a la comunidad donde vive.
“Han pasado tres meses sin traer un solo euro a casa. Pude continuar, porque me ofrecieron la comida que necesitaba. Hice algunas cosas aquí y allá, pero no hay ingresos. Trabajé un total de tres días en tres meses. El trabajo ilegal está completamente bloqueado. Eso es lo que hago, lamentablemente a mi edad no tengo la posibilidad de que me ofrezcan trabajo”, dice Stefano.
Se creó un gimnasio de boxeo para mantener a los jóvenes fuera de las calles, pero aún no ha vuelto a abrir y sin él muchos adolescentes locales se sienten perdidos.
Gian María Fara, presidente de EURISPES (Instituto de Estudios Políticos, Sociales y Económicos), cree que La economía paralela es una respuesta natural al mal funcionamiento de la burocracia del país., así como altas tasas del impuesto a la renta, que representan el 35% del PIB del país.
“Gracias a los ingresos no declarados, familias enteras compran alimentos y se desplazan, es decir, viven una vida normal. Aunque hablemos de ingresos ilegales, estos siguen siendo parte de toda la economía, de la misma manera que los ingresos provenientes de actividades criminales también juegan un papel en el crecimiento económico del país”, explica.
El aumento de las tensiones sociales podría ser una de las consecuencias de la crisis, ya que muchos italianos no tienen más remedio que aceptar el apoyo de organizaciones criminales.