El Senado de Italia recibió 106 enmiendas al decreto que cambia las reglas de ciudadanía italiana por descendencia, conocido como ius sanguinis.
La propuesta, encabezada por el Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, fue aprobado por el Consejo de Ministros el 28 de marzo y debe convertirse en ley antes del 27 de mayo.
Los cambios han creado inseguridad entre los italianos en el extranjero y sus descendientes, que temen perder su derecho a la ciudadanía. Los ajustes están siendo analizados por la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Al cierre del plazo de presentación de enmiendas, a las 13 horas de este martes 22 de abril, el bloque de centroderecha propuso 24 modificaciones. De ellos, 13 partieron de Fratelli d'Italia, 6 de Forza Italia y uno de la Lega.
El único texto de la Lega pretende restringir el derecho a la ciudadanía sólo a los nietos de italianos, sin exigir el nacimiento en Italia. La medida refuerza el carácter de la ius sanguinis y está alineada con la posición del MAIE, movimiento liderado por Ricardo Merlo, que también presentó enmiendas eliminando el requisito de nacimiento en suelo italiano.
Las propuestas de los Fratelli d'Italia incluyen limitar el reconocimiento de la ciudadanía a dos generaciones anteriores, aunque también requieren dos años de residencia continua en Italia por parte del solicitante.
La oposición fue más activa, con 42 enmiendas del Partido Demócrata, 17 del Movimiento 5 Estrellas, 13 de Italia Viva y 4 de la Alianza Verdes y de Izquierda. Varios de ellos critican la rigidez del texto y piden garantías para los descendientes fuera de Italia.
Se espera que el debate se intensifique en los próximos días.
