Ha pasado un siglo desde el último florecimiento de las raras Rosa de Trieste, considerado un verdadero símbolo de la ciudad durante el gobierno de Imperio austro-húngaro.
Descubierto en finales del siglo XIX, la Rosa de Trieste es apreciada por su blanco puro.
La flor de increíble belleza es tan especial porque es el resultado de una mutación espontánea que tuvo lugar en un jardín de la ciudad de Muggia, en la provincia de Trieste, en el norte de Italia.
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