Una opinión firmada por Stefano Soliman, Ministro Plenipotenciario del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, provocó este sábado (19) una gran indignación entre las comunidades italianas en el exterior.
Fue responsable del dictamen interno que respaldó la clasificación del llamado “Decreto Tajani” como asunto urgente, un artificio legal que le permitió al gobierno de Meloni imponer la medida sin debate previo, desconociendo órganos de participación como el CGIE y las comisiones parlamentarias.
El texto justifica la Decreto-Ley 36, que restringe el reconocimiento de la ciudadanía por descendencia, afirmando que el creciente número de ciudadanos fuera de Italia representa un riesgo concreto para la seguridad nacional.
Según el dictamen, por tratarse de un tema urgente y sensible para la seguridad del Estado, la medida quedaría exenta de análisis regulatorio. El documento también sostiene que la falta de vínculos efectivos con la República por parte de los nuevos ciudadanos podría comprometer la estabilidad institucional, especialmente debido a la integración de Italia a la Unión Europea y al espacio Schengen.
La declaración fue considerada ofensiva y discriminatoria por las asociaciones de la diáspora y los parlamentarios. Para ellos, el texto transforma a millones de descendientes de italianos —hasta entonces reconocidos como legítimos representantes de la cultura italiana en el mundo— en una amenaza geopolítica.
Acusaciones de abuso de poder y desinformación
Los dirigentes de la comunidad descendiente de italianos clasificaron la opinión como un “acto de terrorismo institucional”. Circulan acusaciones de “abuso de funciones” y “difusión de información falsa” por parte del servidor público, considerado el artífice de la medida.
“La famosa frase de que 'no existe el crimen perfecto' cobra todo el sentido. Con este documento, tenemos pruebas y la autoría del responsable del golpe de Estado contra todos los ciudadanos italianos en el extranjero”, escribió el exdiputado Luis Roberto Lorenzato, representante de la Lega en Brasil.
Para él, la opinión representa una interferencia irresponsable por parte de un servidor público que, literalmente, hace lobby contra una parte significativa de la población, hasta hace poco considerada un motivo de orgullo para Italia: los verdaderos embajadores del “Made in Italy”.
Lorenzato sostiene que el caso debe ser puesto en conocimiento del Parlamento italiano y de la Fiscalía del Estado, “para que se puedan adoptar las medidas procesales oportunas ante el evidente exceso y abuso de funciones, como si se tratara de un informe de los servicios secretos contra un enemigo externo”.
Otro llamamiento, enviado por mensaje a un parlamentario, exige la destitución inmediata de Soliman: "Ha creado vergüenza para millones de ciudadanos italianos en todo el mundo".
Se espera una reacción política
Ante las repercusiones negativas, los líderes comunitarios y los políticos de la oposición están presionando para que se dé una respuesta inmediata. Una de las principales reivindicaciones es que el Parlamento italiano abra una investigación formal y exija la destitución del funcionario responsable del dictamen.
O Decreto-Ley 36, propuesto por el viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, se encuentra actualmente en debate en el Parlamento. Sin embargo, la nota técnica firmada por Soliman ganó peso político en la tramitación de la norma y podría influir directamente en la posición de los parlamentarios a favor de los derechos de las personas de ascendencia italiana.

Al Jefe del Departamento de Asuntos Jurídicos y Legislativos
Se comunica, de conformidad con el artículo 6, apartado 1, letra c), del decreto del Presidente del Consejo de Ministros de 15 de septiembre de 2017, n.º 169, que el proyecto de decreto-ley referente a las “Disposiciones urgentes sobre ciudadanía” no está sujeto a RIA (Análisis de Impacto Regulatorio), por caer en la categoría de disposiciones que afectan directamente los intereses fundamentales en materia de seguridad interna y externa del Estado.
Esto se debe a la posible falta de vínculos efectivos con la República por parte de un número creciente de ciudadanos, que podría alcanzar una proporción igual o superior a la de la población residente en el territorio nacional, constituyendo un factor de riesgo grave y actual para la seguridad nacional y, debido a la pertenencia de Italia a la Unión Europea, también para los demás Estados miembros del Espacio Schengen.
A la espera de la aprobación de una reforma orgánica de las disposiciones sobre ciudadanía, la medida también pretende evitar que un flujo excepcional y descontrolado de solicitudes de reconocimiento de ciudadanía comprometa el funcionamiento de los consulados en el exterior, de los municipios y de los órganos judiciales.
Roma28 de marzo de 2025
El Jefe de la Oficina Legislativa
Mín. Plen. Stefano Soliman