El ex congresista ítalo-brasileño Luis Roberto Lorenzato El miércoles 29 exigió el derecho de réplica al artículo publicado por el periódico. Corriere della Sera bajo el título "Véneto, la invasión de descendientes de Brasil, firmado por el periodista Claudio Del Frate.
La carta, enviada directamente al director del periódico, Luciano Fontana, denuncia el tono xenófobo y discriminatorio del reportaje, que retrata a los descendientes de italianos en Brasil como una amenaza para Italia y para el funcionamiento del sistema judicial.
Lorenzato, quien preside la entidad Nación y pueblo italianos en el exilio – Mancomunidad ItalianaAfirmó que el texto "ofende la imagen de la comunidad ítalo-brasileña y distorsiona el significado del reconocimiento de..." ciudadanía italiana "por origen".
"Esto no es una invasión, sino un derecho."
En su réplica oficial, el congresista rechaza vehementemente la palabra "invasión" utilizada en el título.
Según él, los descendientes de italianos no piden una nueva ciudadanía, sino solo el reconocimiento de un derecho de nacimiento, previsto en la ley italiana por el principio del derecho de sangre (ius sanguinis).
“Nacemos italianos. La ciudadanía se transmite por sangre, no por geografía. Es incorrecto e injusto tratar a los ciudadanos de origen italiano como invasores extranjeros”, afirmó Lorenzato.
"La ciudadanía no está en venta"
El congresista también refutó la insinuación de que existiera un "negocio turbio" en torno a las solicitudes de ciudadanía. Enfatizó que los pocos casos de fraude fueron denunciados por los propios ítalo-brasileños y que la gran mayoría de los solicitantes siguen los procedimientos legales.
"Es ofensivo generalizar sobre millones de descendientes honestos debido a unos pocos intermediarios sin escrúpulos", declaró.
"En los casos mencionados anteriormente, todos los ítalo-brasileños fueron absueltos; los condenados fueron funcionarios y agentes locales."

Falta de infraestructura, no exceso de brasileños.
Al refutar la acusación de que los tribunales del Véneto estaban «saturados», Lorenzato señaló el déficit estructural del sistema judicial italiano como la causa principal. Según él, el Estado italiano no se preparó para una demanda previsible.
“Durante décadas, el gobierno fomentó el reconocimiento de la ciudadanía como una forma de conectar con la diáspora. Ahora intenta culpar a los descendientes en lugar de modernizar el sistema”, afirmó.
El congresista citó el ejemplo de Argentina, que regularizó la situación de más de un millón de ítalo-argentinos sin controversia. "¿Por qué este prejuicio selectivo contra los ítalo-brasileños, la mayoría de los cuales son descendientes de los del Véneto?", cuestionó.
"La ciudadanía no depende de la dirección"
Lorenzato también cuestionó la idea de que "nadie se muda a vivir a Italia". Según él, ciudadanía italiana No depende de la residencia y debe reconocerse independientemente del lugar donde viva la persona.
“Millones de italianos viven en el extranjero y siguen siendo italianos. Los ítalo-brasileños contribuyen cultural y económicamente al país, y deben ser vistos como un activo humano, no como un problema administrativo”, afirmó.
"Los prejuicios no modernizan el sistema judicial."
El exparlamentario calificó de "infundado" el intento de vincular el derecho a la ciudadanía con la lentitud del proceso. Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR)Para él, el argumento es un cambio de enfoque lo cual oculta los defectos estructurales del Estado.
"Si el sistema judicial es lento, la culpa es de la burocracia, no de los ciudadanos que ejercen sus derechos. Italia necesita modernizar el sistema, no limitar los derechos fundamentales", afirmó.
"No somos invitados, somos hijos de Italia."
Con tono firme, Lorenzato concluyó su respuesta afirmando que los ítalo-brasileños no son oportunistas, sino herederos legítimos de una historia compartida.
Recordó que, durante más de 150 años, la comunidad ítalo-brasileña ha sido un vínculo vital entre los dos países, responsable de mantener viva la cultura y fortalecer las relaciones bilaterales.
“Reducir nuestra historia a un ‘asunto turbio’ es ignorar siglos de contribución. Nosotros, los de ascendencia italiana, no somos invitados: somos hijos y parte de Italia”, concluyó el parlamentario.









































