Italia concederá 497.550 visas de trabajo a extranjeros de fuera de la Unión Europea entre 2026 y 2028. El anuncio fue hecho por el gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni el martes 1 de julio.
El objetivo es ampliar los canales de inmigración legal para cubrir la escasez de trabajadores en sectores como la agricultura y el turismo. Se prevé emitir alrededor de 2026 autorizaciones para 165.
Más de la mitad de las visas, unas 267, se destinarán a trabajadores temporeros, principalmente para la cosecha en los campos y actividades del sector turístico.
Coldiretti, entidad principal de la Agroindustria italiana, calificó la medida como un “paso importante para garantizar a los trabajadores del campo y en la producción de alimentos”.
Por otro lado, la sindicalista Maria Grazia Gabrielli, de la central CGIL, criticó el plan. Según ella, solo entre el 7,5 % y el 7,8 % de los cupos de visados se han convertido en permisos de residencia en los últimos dos años.

Gabrielli también señaló deficiencias en el requisito de prioridad para los países que colaboran en la lucha contra la trata de personas. Aboga por una reforma estructural para facilitar la contratación legal y proteger a los trabajadores de las redes delictivas.
