Solicitudes de visas de larga duración para Italia, conocidas como “tipo D”, ahora requieren la toma de huellas dactilares. La medida, vigente desde el 11 de enero de 2025, busca reforzar la seguridad en el sistema migratorio del país.
Este tipo de visa está destinada a extranjeros de fuera de la Unión Europea para estancias superiores a 90 días, abarcando fines como trabajo, estudios, reunificación familiar, jubilación e inversiones.
El requisito se aplicará exclusivamente a nuevas solicitudes de visa, no afectando las renovaciones de permiso de residencia.
¿Cómo será el nuevo requisito?
Los solicitantes deberán presentarse personalmente en el consulado italiano más cercano para proporcionar huellas dactilares. Los niños menores de 12 años estarán exentos. Los datos biométricos se conservarán durante 59 meses, evitando que el procedimiento se repita en nuevas solicitudes durante el período.
Impactos y críticas
Los expertos en inmigración advierten que la nueva norma podría aumentar la burocracia para los solicitantes. Además, existen preocupaciones sobre la capacidad de los consulados italianos para satisfacer la demanda adicional, dados los largos tiempos de espera que ya se experimentan en muchas oficinas.
La ampliación de las medidas de seguridad se produce tras informes de explotación del sistema de inmigración italiano por parte de redes criminales, incluida la mafia. En 2024, la primera ministra Giorgia Meloni anunció reformas para combatir el fraude en el sistema de visas, con el objetivo de cerrar las lagunas utilizadas para la entrada irregular al país.
Los cambios son parte de un paquete legislativo aprobado en octubre de 2024, con más medidas previstas para 2025.