La fruta fresca, símbolo de la dieta mediterránea, se está convirtiendo en un artículo de lujo en las mesas italianas. Según datos del Instituto de Servicios para el Mercado Agroalimentario (ISMEA), los precios de la fruta se dispararon en las primeras semanas de julio, con incrementos que alcanzaron el 100 % en comparación con el año pasado.
Los mayores incrementos se registraron en las cerezas, que alcanzaron los 20 euros el kilo. – alrededor de R$ 128Los melocotones y albaricoques también subieron de precio, superando los 10 euros por kilo. Los albaricoques experimentaron un aumento del 40%. Los melocotones y las nectarinas subieron entre un 7% y un 15%.
Las consecuencias directas afectan directamente al bolsillo de las familias. Para mantener el mismo nivel de consumo de frutas y verduras que en 2024, los italianos gastan entre 200 y 290 euros más al mes.
Caída del consumo y su impacto en la salud
Con el aumento de precios, los italianos consumen menos fruta. Datos del Observatorio Ortofrutícola indican que una de cada diez frutas ha desaparecido de los carritos de los supermercados. Desde 2019, el país ha perdido cerca de un millón de toneladas de consumo anual de frutas y verduras, así como a casi dos millones de consumidores habituales.
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Descubre másAntes de la pandemia, el 20% de la población italiana consumía al menos cuatro raciones de frutas y verduras al día. Hoy, esa cifra se ha reducido a menos del 17%. El consumo medio per cápita está por debajo de los 400 gramos diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las familias de bajos ingresos son las más afectadas por el aumento. Esta tendencia preocupa a los expertos, quienes apuntan a un alejamiento progresivo de... Dieta mediterránea y sus posibles riesgos para la salud pública en los próximos años.
Clima extremo y cultivos devastados
El aumento de precios refleja una combinación de factores: el cambio climático, la disminución de la producción y la especulación en el mercado. Los fenómenos meteorológicos extremos han castigado a la agricultura italiana, que representa el 27 % del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
Las sequías prolongadas, las heladas primaverales, las granizadas y las altas temperaturas de junio han devastado los cultivos en varias regiones. El ejemplo más crítico se da en Apulia, que produce el 30 % de las cerezas del país. Allí, las heladas de marzo y abril diezmaron las flores, reduciendo la producción entre un 70 % y un 100 %.
En los últimos 15 años, Italia ha perdido alrededor de 300 hectáreas de tierras cultivadas y alrededor de 200 millones de árboles frutales, según Coldiretti. (Confederación Nacional de Cultivadores Directos).
El país, que otrora era un productor líder de cítricos, uvas, peras, cerezas y kiwis, ahora sufre una pérdida de competitividad ante el avance de la crisis climática.
