El Consejo de Ministros italiano aprobó, el viernes 28, una Decreto por el que se modifican las normas para el reconocimiento de la ciudadanía italiana. La medida, denominada “paquete de ciudadanía”, fue elaborada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y entró en vigor a la medianoche del 27 de marzo.
Según el anuncio, sólo los hijos y nietos de italianos nacidos en el extranjero tendrán derecho automático a la ciudadanía. La norma no afecta a quienes ya hayan tenido reconocimiento otorgado o solicitudes iniciadas antes de la nueva fecha límite.
El contenido del decreto – presentado verbalmente por el Viceprimer Ministro y Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani – Todavía necesita ser convertida en ley por el Parlamento dentro de 60 días. La segunda fase de la reforma prevé que los descendientes residentes fuera de Italia mantengan cada 25 años un vínculo activo con el país, como votar o solicitar passaporte.
La medida provocó reacciones inmediatas. Juristas y representantes de la comunidad italiana en el extranjero señalan ilegalidades y critican la falta de debate público. Según ellos, no existe ninguna justificación de urgencia que legitime la utilización de un decreto-ley.
Las críticas cobraron fuerza tras una reciente decisión del Tribunal Constitucional italiano, que declaró inconstitucional parte del decreto-ley 51/2023 por falta de urgencia. La Corte reiteró que este tipo de instrumentos sólo son válidos en situaciones excepcionales, como pandemias o conflictos armados, y que las normas incluidas deben ser acordes con la finalidad del decreto.
La jurisprudencia italiana establece que la urgencia debe ser concreta y probada, con coherencia entre las medidas propuestas. Cuando esto no ocurre, se constituye abuso del poder legislativo por parte del Ejecutivo.
Ante esto, el llamado “espectáculo político” de Antonio Tajani – presidente del partido Forza Italia de Silvio Berlusconi – corre el riesgo de ser invalidado por la Corte de Casación, si se confirma el uso indebido de la vía de emergencia.
Además, los Tribunales Superiores italianos ya han demostrado su compromiso con el principio de irretroactividad de la ley: el derecho a la ciudadanía se rige por la norma vigente en la fecha de nacimiento de la persona, no por la norma vigente en el momento de la solicitud.
La reforma también responde a presiones internas. Alcaldes de pequeños municipios denunciaron una sobrecarga en las oficinas de registro civil locales debido a la creciente demanda de reconocimiento de ciudadanía. Consulados y magistrados señalaron limitaciones estructurales para atender el volumen de solicitudes. El movimiento político de Tajani este viernes parece tener como principal objetivo servir a su propia base de apoyo.
Pero sin un respaldo jurídico sólido, el paquete corre el riesgo de ser anulado.
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