Una escuela primaria en Mestre, en Área metropolitana de VeneciaEl caso se ha convertido en un punto central del debate nacional tras revelarse que, entre 61 estudiantes matriculados en el primer año, solo dos tienen ascendencia italiana que abarca varias generaciones. Aproximadamente diez tienen ciudadanía italiana, pero la mayoría de los estudiantes son de origen extranjero.
Mestre alberga a la mayor parte de la población residente de la capital veneciana y concentra los servicios urbanos fuera de la zona histórica y turística de la laguna. En la práctica, se considera una ciudad administrativa.
Los datos fueron publicados por Corriere della Sera y generó reacciones inmediatas. El presidente del Consejo de Administración del colegio expresó su preocupación por la formación de un entorno predominantemente no italoparlante, lo que, según él, podría dificultar la integración y el aprendizaje colectivo. Para algunos, la situación representa un riesgo de aislamiento en lugar de promover una convivencia multicultural efectiva.
Las familias italianas evitan la escuela pública.
Otro aspecto destacado fue la elección de otras escuelas, incluidas las privadas, por parte de las familias italianas. Según el Ayuntamiento, muchos residentes locales matricularon a sus hijos en diferentes instituciones, lo que contribuyó a la composición actual de las clases.
La directora de la escuela decidió no hacer comentarios sobre el caso, afirmando que su prioridad es preservar un ambiente tranquilo para los estudiantes.

Vannacci critica el sistema y habla de "italianos que son extranjeros en casa".
El episodio rápidamente se politizó. El general Roberto Vannacci, conocido por sus opiniones conservadoras, criticó el sistema educativo y el modelo estatal de acogida de extranjeros. Según el eurodiputado de la Lega, «los italianos pagan el doble: con impuestos para mantener la educación y la sanidad gratuitas para los extranjeros, y luego con la educación privada para sus propios hijos».
Vannacci afirmó además que, con el actual modelo de bienestar social, la inmigración seguirá creciendo y "los italianos se convertirán en extranjeros en su propio país".
Experiencias positivas en la vida cotidiana
En contraste con las críticas, algunas familias italianas que eligieron este mismo colegio reportan experiencias positivas. Una madre afirmó que su hijo "es feliz y está bien integrado" y que probablemente matriculará a su hermano menor en el mismo colegio. Para ella, La diversidad es un valor educativo.
Según los testimonios, después de una fase inicial con dificultades con el lenguaje, los estudiantes lograron formar vínculos y participar normalmente en la rutina escolar.
Los datos nacionales muestran un aumento de estudiantes extranjeros.
El caso de Mestre refleja una tendencia nacional. Según datos oficiales del curso escolar 2023/2024, el alumnado extranjero representa el 11,6% del total en las escuelas italianas, una proporción superior a la de inmigrantes residentes en el país, que es del 8,9%. En total, hay más de 931 estudiantes con nacionalidad extranjera, de los cuales 607 nacieron en Italia.
Las nacionalidades más comunes entre los estudiantes son rumana, albanesa, marroquí, china y egipcia. A pesar del crecimiento numérico, la integración educativa aún enfrenta desafíos: solo el 32,9% de los estudiantes extranjeros cursan la educación secundaria, mientras que la mayoría asiste a escuelas técnicas o vocacionales.
Este escenario alimenta un debate permanente entre quienes ven un riesgo de guetización y quienes defienden el multiculturalismo como un valor social y educativo.


























































