La región de Calabria, en el sur de Italia, ha renovado sus esfuerzos para promover leucocarpa, una rara variedad de olivo conocida por sus frutos blancos y su conexión histórica con prácticas religiosas y culturales.
Reconocida recientemente por el gobierno regional como símbolo de la identidad calabresa, la planta, denominada Olivo de la Virgen - despierta el interés de investigadores, productores y ambientalistas en un proyecto que combina preservación ambiental, innovación agrícola y recuperación cultural.
Símbolo de paz y reconciliación.
Introducida por los monjes basilianos en el siglo VI d.C., la Leucocarpa tiene frutos que al madurar adquieren una tonalidad marfil, resultado de un proceso biológico que no activa los pigmentos propios de otras variedades. Estas características únicas inspiraron su asociación con la pureza y la espiritualidad, siendo ampliamente utilizado en rituales religiosos en la antigüedad, como en templos e iglesias.
Según Sergio De Caprio, secretario regional de protección del medio ambiente de Calabria, la decisión de promover Leucocarpa simboliza una reconexión con las raíces históricas de la región. “Estamos rescatando el pasado y reforzando la idea de que nuestra sociedad se fundó sobre la paz entre ciudadanos y naciones”, afirmó.
Educación y sostenibilidad
Como parte del proyecto, Árboles de leucocarpa Se plantaron en escuelas de la región, involucrando a los estudiantes en el cultivo y aprendizaje sobre la importancia del aceite de oliva virgen extra. “Queremos que los jóvenes redescubran sus orígenes y valoren el aceite de oliva como parte de su patrimonio cultural”, explicó De Caprio. Cada año se plantarán nuevos árboles con la participación de los estudiantes, fortaleciendo el vínculo entre las comunidades y sus tradiciones agrícolas.
Retos únicos del aceite de oliva y de la producción
Además de su valor simbólico, Leucocarpa también tiene potencial económico. Antonio Muzzupappa, agricultor y productor de aceite de oliva, lidera los esfuerzos para ampliar el cultivo de este olivo, a pesar de enfrentar desafíos como la baja tasa de éxito de los injertos.
Actualmente, Muzzupappa ha cosechado pequeñas cantidades de aceituna Leucocarpa, produciendo un aceite traslúcido que, según él, podría convertirse en una alternativa premium para freír por su baja emisión de humo.
Rescatando recuerdos e historias
La arqueóloga Anna Rotella, que coordina la investigación sobre Leucocarpa, destaca que estos árboles encierran historias y tradiciones que es necesario preservar. “Encontramos árboles cerca de iglesias, cementerios y lugares de culto, destacando su papel en rituales pasados. Necesitamos registrar estos recuerdos antes de que desaparezcan”.
Entre los usos históricos del aceite de Leucocarpa destaca su aplicación en lámparas de templos, por su baja emisión de humos, característica vital en ambientes cerrados en la época.
Ruta del aceite de oliva blanco
El creciente interés por Leucocarpa motivó la creación de un proyecto turístico y gastronómico, la “Rota do Azeite Branco”. La iniciativa tiene como objetivo conectar los 80 pueblos de Calabria donde se identificó la planta, promoviendo el turismo sostenible y la valorización del aceite de oliva virgen extra como producto de excelencia.
El próximo sábado 23 de noviembre, Mileto, Italia, será el escenario del II Congreso Nacional del Archeoclub d'Italia, un evento dedicado a la apreciación y preservación de Oliva de Madonna. La reunión se realiza en colaboración con la Diócesis de Mileto-Nicotera-Tropea.
Con conferencias de expertos en arqueología, botánica, arquitectura y teología, el evento abordará no sólo los aspectos históricos y espirituales de Leucocarpa, sino también su importancia para la biodiversidad agrícola y la sostenibilidad ambiental.