Campofranco, en el interior de Sicilia, en el extremo sur de Italia, se ha convertido en un destino para brasileños que buscan casas por 1 euro, un valor simbólico equivalente a menos de 7 reales. El pequeño pueblo, de 2,5 habitantes, ya ha vendido seis propiedades a brasileños y dos más están en proceso.
A diferencia de otros pueblos italianos, Campofranco No se requiere que el comprador renueve la casa ni deposite una fianza en el ayuntamiento. La única condición es cerrar la operación personalmente en Italia.
pueblo brasileño
“Solo por WhatsApp, recibimos más de 300 solicitudes de Brasil tras la publicación de un anuncio en la prensa internacional con traducción al portugués”, cuenta Antonino Cuschera, propietario de la inmobiliaria Vero Affare. Junto con su hermano Carmelo, organiza la venta de casas abandonadas en la región.
El proyecto de viviendas de 1 € busca repoblar zonas que han perdido residentes con el paso de los años. En el caso de Campofranco, los hermanos quieren reunir a todos los compradores brasileños de la localidad para crear una comunidad.
“Una vez que tienes un grupo pequeño de personas allí, terminan trayendo a otros y, de repente, se forma una comunidad”, dice Antonino. Según él, muchos tienen ciudadanía italiana y el interés en invertir en la recuperación de inmuebles, incluso sin obligación inmediata de reforma.

A pesar del precario estado de las casas —muchas sin techo y cubiertas de escombros—, el precio por metro cuadrado es uno de los más bajos de Sicilia. La proximidad a ciudades más grandes, como Caltanissetta, también resulta atractiva.
“Los brasileños se sienten como en casa en Sicilia”, dice Antonino. En una visita reciente, los lugareños ofrecieron café y galletas a los visitantes interesados, quienes aceptaron la invitación y entablaron una conversación, algo que, según él, no se repite con otras nacionalidades.

El proyecto de venta de casas por 1 euro en Sicilia, al sur de Italia, ha atraído a inversores de varios países. Pueblos como Sambuca di Sicilia, Mussomeli, Troina y Campofranco han atraído a nuevos residentes y negocios.
En Sambuca, pionera en la iniciativa, estadounidenses y europeos compran propiedades en ruinas. Para garantizar la restauración, cada comprador deposita 5 euros en el ayuntamiento. Muchos transforman las casas en alojamiento o las alquilan a nómadas digitales.
Las renovaciones cuestan de media 30 euros, pero pueden llegar a costar hasta 200, según el proyecto. Según cifras locales, ya se han invertido más de 21 millones de euros en restauraciones.
Otros municipios, como Mussomeli y Troina, han elevado el precio simbólico a 2 o 3 euros. El público objetivo siguen siendo los extranjeros, especialmente canadienses y estadounidenses, que incluso han creado una «Pequeña América» en la región.
