La emigración brasileña alcanzó cifras récord en 2024, con alrededor de 4,9 millones de brasileños viviendo en el exterior. según el Ministerio de Asuntos Exteriores (Itamaraty). Como los datos se refieren al año 2023, se estima que ya hay 5 millones viviendo fuera del país.
Este contingente ya supera la población de estados como Paraíba, Amazonas, Espírito Santo o Mato Grosso, además de países como Noruega, Uruguay, Croacia e Irlanda.
La búsqueda de mejores condiciones de vida ha sido el principal motivo de este fenómeno.
En 2023, aproximadamente 400 mil brasileños abandonaron el país, un aumento de alrededor del 9% respecto al año anterior.
La mayoría de los emigrantes son jóvenes y profesionales calificados, lo que agrava la falta de mano de obra en Brasil.
Destinos preferidos
Estados Unidos lidera como principal destino, hogar de alrededor de 1,9 millones de brasileños.
Otros países con un gran número de emigrantes son Portugal (360 mil), Paraguay (254 mil) y el Reino Unido (220 mil). Italia ocupa el séptimo lugar preferido por los brasileños, con alrededor de 162 mil inmigrantes.
La distribución global es la siguiente:
- América del Norte: 45%
- Europa: 32%
- América del Sur: 14%
- Asia: 5%
- Medio Oriente y Oceanía: 1,2% cada uno
Impactos económicos
En 2023, Brasil recibió 3,9 millones de dólares (alrededor de 23 millones de reales) en remesas enviadas por brasileños en el exterior, según el Banco Central, lo que representa un aporte significativo a la economía nacional.
Si los brasileños expatriados fueran considerados un “producto de exportación”, ocuparían el puesto 13 en la lista de las mayores “ventas” de Brasil en 2023.
Estos valores demuestran la importancia económica de la diáspora. Aun así, el continuo éxodo es preocupante, especialmente teniendo en cuenta el perfil de los emigrantes. La salida de jóvenes calificados crea desafíos para sectores estratégicos de la economía.
Contexto y evolución
Aunque Brasil no enfrenta guerras ni grandes desastres, la salida de brasileños ha crecido. Desde 2016, la emigración ha mostrado un aumento constante, revirtiendo las caídas observadas entre 2010 y 2012.
La diáspora brasileña es el resultado de dificultades internas relacionadas con la política y la falta de seguridad, combinadas con la búsqueda de mejores oportunidades y calidad de vida en el exterior.