Cinco ciudades italianas se encuentran entre las más seguras de Europa para los niños, según un informe Calles para niños, ciudades para todos, publicado en mayo de 2025 por la organización Ciudades Limpias.
El estudio evaluó 36 ciudades europeas basándose en criterios como los límites de velocidad, la seguridad en las escuelas y la infraestructura para la movilidad infantil.
Bolonia es un punto de interés nacional
Bologna lidera la lista italiana y ocupa la posición 22 en el ranking europeo. La ciudad destacó por ser la primera gran metrópoli de Italia en implementar límites de velocidad reducidos en gran parte de su área urbana.

Esta medida pretende aumentar la seguridad de los peatones, especialmente de los niños, y reducir los accidentes en zonas residenciales y escolares.
Otras ciudades italianas en el ranking
Milán ocupa el segundo lugar entre las ciudades italianas y el 23º en Europa. La capital lombarda ha invertido en la ampliación de zonas de tráfico limitado y de carriles bici.
A continuación se encuentra Turín, que ocupa el puesto 24 a nivel europeo. La ciudad piamontesa destacó por la mejora de las llamadas “calles escolares”, donde se restringe el tránsito de vehículos durante los horarios de entrada y salida de las escuelas.
Florencia se sitúa en el cuarto lugar a nivel nacional y en la posición 29 a nivel continental. Roma Cierra la lista italiana, apareciendo en el puesto 32 de la clasificación general.
París lidera el ranking europeo
La capital francesa lidera el ranking continental gracias a la combinación de varias políticas públicas. Entre ellas se incluyen la reducción drástica de la velocidad en las vías urbanas, la ampliación de la red de carriles bici y la creación de zonas de tráfico restringido cerca de las escuelas.
A continuación se encuentran Ámsterdam, Amberes, Bruselas y Lyon. El ranking también incluye ciudades como Helsinki, Barcelona, Bristol, Oslo y Gante entre las diez primeras.
Metodología del informe
El análisis de la Ciudades Limpias Se consideraron factores como la infraestructura urbana, la seguridad del tráfico y la movilidad activa (como caminar o andar en bicicleta). El objetivo fue evaluar en qué medida las ciudades facilitan viajes seguros y saludables para niños y adolescentes.
